El MACA da la bienvenida a una de las grandes exposiciones del año: la dedicada a Esther Ferrer, que a sus 87 años sigue siendo una referencia indiscutible en el campo de la performance y una figura fundamental dentro del arte contemporáneo conceptual español. Aunque la artista vasca afincada en París no ha podido acudir a Alicante para la inauguración de la muestra, no se descarta que la Premio Velázquez y Premio Nacional de Artes Plásticas pueda ofrecer en enero una performance y un recorrido por la exposición, que se podrá contemplar hasta el 9 de febrero de 2025.
Producida por el Consorcio de Museos de la Comunidad Valenciana, la exposición Esther Ferrer: el cuerpo atravesado por el género, el espacio y el tiempo está comisariada por Margarita Aizpuru, quien ha insistido en estas tres últimas palabras para explicar la idea de la selección de obras realizadas por Esther Ferrer a lo largo de los años, hiladas por el discurso del paso del tiempo.
La vejez frente a la eterna juventud
A través de numerosas obras visuales, fundamentalmente fotografías pero también vídeos e instalaciones, la artista muestra y confronta su propio cuerpo de mujer con el tiempo y el espacio. Un cuerpo que aparece en toda la obra -su rostro, sus pechos, su pubis, sus ojos, sus manos y pies y hasta su esqueleto- y donde no se oculta la huella de la edad, con imágenes de juventud y de su etapa adulta combinadas en un juego de espejos. Un cuerpo utilizado como lugar de experimentación para mostrar el inevitable transcurso de la vida, que va horadando el ideal de la eterna juventud femenina, y que ella utiliza como arma crítica para cuestionar cómo se ha construido ese ideal femenino con los códigos del sistema patriarcal que impone la sociedad.
«Su obra está muy ligada a la performance y ella muestra su cuerpo, el de una mujer de edad, tiene 87 años, y refleja el paso del tiempo y lo que significa eso en la sociedad» con ideas como «la vejez» -arrugas, bolsas en los ojos- o «la invisibilidad», a través de fotografías en donde su rostro se va disolviendo, como ha destacado la comisaria, quien ha relatado que una conversación con la conservadora del MACA, Rosa Castells, dio origen a esta exposición, que primero recaló en el Centre del Carmen y ahora se muestra en el MACA «más bonita que en Valencia», ha señalado en la inauguración este viernes el gerente del Consorcio de Museos, Nicolás Bugeda.
La secretaria autonómica de Cultura, Pilar Tébar, ha descrito a Ferrer como «todo un referente como artista y mujer» y ha calificado de «honor y orgullo» poder mostrar su trabajo, desarrollado «con coherencia y rigor a lo largo de los años», a través de esta exposición «necesaria», mientras la concejala de Cultura, Nayma Beldjilali, se ha manifestado «muy afortunada» de contar con el trabajo de una «gran artista y pionera del arte contemporáneo y la performance» y confía en que sea visitada por miles de personas.
Aportación al arte conceptual «caliente»
Margarita Aizpuru ha añadido la importancia de la obra de Ferrer en el arte conceptual «caliente» español, nada frío, «que aporta ingredientes como el humor, el absurdo, el azar o el tono socarrón», tras recordar su paso por el grupo Zaj en los años sesenta y su introducción en España del arte performativo, sin reconocimiento en las primeras décadas, que ha llevado por los cuatro continentes «a través del cuerpo, de la presencia, sin apenas tocar la tecnología».
También se incluye en la muestra una instalación con 28 preguntas sobre el papel de la mujer en la sociedad y en el arte y su discriminación, que el público puede contestar a través de respuestas escritas en post-it de colores y pegadas sobre la pared.
La exposición cuenta con obras de los fondos personales de la artista desde la década de los sesenta, de galerías y museos, como la propia colección de la Fundación Mediterráneo depositada en el MACA -el conocido conjunto Autorretrato en el tiempo (1981-1999) o el Libro del sexo (1981)- o de la galería 1 Mira Madrid, del alicantino Mira Bernabeu con Autorretrato en el espacio (1987-2021).