Festival Intropías
Centro Cultural Las Cigarreras: del 19 al 23 de octubre. Instalaciones artísticas (acceso gratuito). Caja Negra. De martes a sábado de 10 a 21.30 h. y domingo 23 de 10 a 14 h.
El arte interactivo es el eje central. Intropías se centra en la implicación del público como agente activo a través de la tecnología, ofreciendo experiencias a través de disciplinas como el arte digital, la captura de movimiento aplicada a modelos de interacción simbiótica, y también yendo más allá de un arte visual con la estimulación de los sentidos del olfato y el oído.
Los artistas que participan en el festival crean espacios donde navegar con nuestras emociones, proponen modelos de naturaleza inmersiva, juegan con el espectador y su percepción y potencian nuestra capacidad sinestésica. Intropías es, en definitiva, una propuesta estimulante donde la tecnología busca expandir los sentidos y restablecer la conexión con nuestro entorno y nuestras experiencias sensibles.
Instalaciones en Las Cigarreras
Soinusain. Yolanda Uriz
Tres cubos hexagonales colgantes, en los que se escuchan sonidos abstractos a la vez que se percibe un olor particular. Nos introducimos en ellos de torso hacia arriba, activando el sonido. Quedamos mayormente privados del sentido de la vista, lo que potencia nuestra percepción de las sensaciones provenientes del resto de nuestros sentidos.Experimentamos de manera sinestésica diferentes cualidades abstractas de significado abierto, tres composiciones sonoras y olfativas en estado de intimidad.
~.Soinusain.~ se inspira en cómo la perfumería tradicional clasifica los olores en notas graves, medias y agudas para crear aromas, igual a la manera en la que se construyen los acordes musicales. Así, cada uno de los tres hexágonos cuenta con una combinación diferente de sonidos y olores, graves, medios o agudos, y que juntos componen los acordes de la instalación. Crea tres entornos considerando la longitud de onda de los sonidos y el tamaño de las moléculas de los olores.
Metaverso de las ausencias. Jorge Bermejo
El dolor que sentimos cuando perdemos a alguien importante, es injustamente privado e inaccesible. Lo toca todo, lo invade todo, lo físico, lo burocrático, el tiempo, la rutina, los olores… No es algo que “pase”; te acostumbras, se hace silencioso, forma parte de ti. Al final se convierte en algo invisible y difícil e incómodo de comunicar y compartir.
Este proyecto quiere ser un golpe en la mesa contra esa invisibilidad, y una reivindicación de que el dolor existe y de que tiene que tener su espacio, un espacio abierto, digno, compartido y sin vergüenzas.
Un Metaverso de las Ausencias como un recorrido virtual donde poder navegar por la profundidad del dolor, para, sólo así, poder llegar a sanar, compartir y expresar con fantasía y libertad esos mundos interiores que no se pueden expresar con las palabras.
Un santuario virtual, que explora el significado y el papel que juegan los objetos y los recuerdos de los que ya no están (muebles, joyas, ropa, recetas, cartas…). Un santuario que los desempolva, les da el espacio y el lugar que necesitamos que tengan (sea cual sea ese lugar), y los coloca en un sitio (virtual) donde poder visitarlos con más cariño y ligereza.
Panóptico Digital. Juanma Gil
Panóptico fue la propuesta arquitectónica para cárceles propuesta por el filósofo Jeremy Bentahm en el S.XVIII que consistía en una torre en el centro de un recinto en el que todos los reclusos condicionaban su comportamiento por la posibilidad de ser vistos desde un vigilante oculto en ella. El fundamento de este modelo que se extendió a fábricas, escuelas y hospitales, según Gilles Deleuze << no es “ver sin ser visto”, sino “imponer una conducta cualquiera a una multiplicidad humana cualquiera”.».
Hoy vivimos inmersos en lo que el filósofo surcoreano Byung-Chul Han denomina Panóptico Digital donde, estando más vigilados que nunca, nos creemos en libertad. En una sociedad de la transparencia cada individuo es al mismo tiempo vigilado y vigilante. Los sujetos del panóptico digital colaboran de manera activa, a través de su necesidad de exhibicionismo y voyeurismo. Ellos colaboran, venciendo toda resistencia a mostrar su intimidad, ya que la necesidad de traspasar el muro de la vergüenza y exhibirse resulta necesaria a los fines de obtener valor. Este depende de la voluntad de exhibición. En las redes sociales resulta indispensable mostrarse en fotografías, comentar actos banales o importantes – es lo mismo, la cuestión es publicarse – o revelar alguna intimidad para despertar la atención. El resultado, según Han, tiende a la uniformidad y a aniquilar la libertad de acción, de lo cual resulta un totalitarismo nuevo, objeto de lo que llama la psicopolítica. Ya no se trata de la incidencia del poder en los cuerpos propia de la biopolítica, sino del moldeamiento de las actitudes, conductas, de la deformación de la moral, la conciencia, los valores y la intimidad.
En su libro “En el enjambre” nos recuerda que «Respeto» significa, literalmente, «mirar hacia atrás». Es un mirar de nuevo. En el contacto respetuoso con los otros nos guardamos del mirar curioso. El respeto presupone una mirada distanciada, un pathos de la distancia. Hoy esa actitud deja paso a una mirada sin distancias, que es típica del espectáculo. El verbo latino spectare, del que toma su raíz la palabra «espectáculo», es un alargar la vista a la manera de un mirón, actitud a la que le falta la consideración distanciada, el respeto (respectare). La distancia distingue el respectare del spectare. Una sociedad sin respeto, sin pathos de la distancia, conduce a la sociedad del escándalo.
El respeto constituye la pieza fundamental para lo público. Donde desaparece el respeto, decae lo público. La decadencia de lo público y la creciente falta de respeto se condicionan recíprocamente. Lo público presupone, entre otras cosas, apartar la vista de lo privado bajo la dirección del respeto. El distanciamiento es constitutivo para el espacio público. Hoy, en cambio, reina una total falta de distancia, en la que la intimidad es expuesta públicamente y lo privado se hace público. Sin distancia tampoco es posible ningún decoro. También el entendimiento presupone una mirada distanciada. La comunicación digital deshace, en general, las distancias.
La destrucción de las distancias espaciales va de la mano con la erosión de las distancias mentales. La medialidad de lo digital es perjudicial para el respeto. (…)
La falta de distancia conduce a que lo público y lo privado se mezclen. La comunicación digital fomenta esta exposición pornográfica de la intimidad y de la esfera privada. También las redes sociales se muestran como espacios de exposición de lo privado. El medio digital, como tal, privatiza la comunicación, por cuanto desplaza de lo público a lo privado la producción de información.
En esta pieza quise poder experimentar como el visitante se relaciona con la mirada de los demás: nos sentimos intimidados o buscamos ser vistos, capturar hasta la atención de las miradas más cercanas a otros. O quizás prefiramos contemplar el juego desde fuera. Si nadie entra en el juego el sistema -nosotros- podríamos al fin descansar.
Fechas de realización: