Fechas: Del 8 de octubre de 2025 al 25 de enero de 2026
Comisarias: Rosa Castells y Natalia Molinos
Organiza: MACA, Museo de Arte Contemporáneo de Alicante
Con el apoyo de: Generalitat Valenciana, el MNCARS de Madrid, el IAACC Pablo Serrano de Zaragoza, el IVAM de Valencia, Colección Studiolo de Candela A. Soldevilla, Colección del Instituto de Turismo de España, familia de Nellina Pistolesi, familia Francés Coloma, e Izard Francés.
Juana Concepción Francés de la Campa (Alicante, 1924 – Madrid, 1990) es una de las artistas más contundentes del panorama artístico español de la segunda mitad del siglo XX, pionera del informalismo abstracto y única mujer del emblemático grupo El Paso. Expuso en eventos artísticos internacionales tan importantes como las tres Bienales Hispanoamericanas (1951, 1953 y 1955), la Bienal de Venecia donde fue seleccionada hasta en cinco ediciones (1954, 1960, 1964, 1966 y 1970), en la Bienal de Alejandría de 1959 o en la edición de la Bienal de São Paulo de 1971. Expuso en colectivas junto a compañeros de generación en el Museo Guggenheim de Nueva York (1960) o en la Tate Gallery de Londres (1962) y en destacadas muestras individuales en instituciones de España, Francia o Portugal, entre otros lugares. Fue reconocida por la crítica desde su etapa inicial figurativa hasta el final de su trayectoria, pero fue olvidada por la historiografía del arte. En los últimos años su figura se ha reivindicado con fuerza, afirmando su calidad y pertinencia, y en el MACA hemos profundizado en sendas exposiciones sobre sus pinturas abstractas: las tierras, las cajas y los cometas o fondos submarinos.
Ahora proponemos revisar los orígenes de su pintura: los años de formación, su etapa figurativa más simbolista y su transición personal antes de lanzarse a la aventura generacional del arte abstracto. Es la etapa menos conocida y, sin embargo, trascendental: la artista busca definirse y diferenciarse en el panorama artístico nacional. Pinturas donde la figuración de influencia italianizante se mueve entre el simbolismo contenido y el surrealismo de raíz metafísica con figuras voluminosas de corte geométrico. Siempre una pintura rotunda, siempre matérica. Entre los temas que presenta hay maternidades, retratos de niños y mujeres, familias y enigmáticos bodegones así como escenas alegóricas que presentan un aire de misticismo intrigante y que encierran una espiritualidad que veremos aflorar en etapas posteriores. A nivel técnico, Francés trabaja de forma innovadora para conseguir determinadas texturas y empastes con la técnica de la encáustica donde mezcla cera, resina y solvente sobre un soporte rígido superponiendo distintas capas de pintura para “herirlas” después con un clavo. Un lenguaje cercano a la pintura mural que demuestra el dominio de los materiales y la voluntad experimental que permanecerá intacta a lo largo de toda su trayectoria profesional, marcando su fuerte personalidad plástica.
Juana Francés es la más destacada de un grupo de mujeres artistas que comenzó a exponer en los años 50 del pasado siglo y cuya obstinación profesional desafió a la sociedad de su tiempo. Frente a un entorno hostil, normativo y rígido creado por la ideología política y social del franquismo, Juana Francés logró estar atenta a las preocupaciones plásticas y formar parte de una generación de artistas que revolucionaron el arte de su tiempo, impulsados por una situación política, social y cultural coercitiva.